Mírame a los ojos,
inventa mis palabras,
dibuja mi risa en estos labios sellados,
busca en tu mundo mis sueños robados,
devuelve mis caricias, mis abrazos, mis besos...
devuelve mi vida atropellada en tus locuras.
Mírame a los ojos,
mira y dime aquello que aún no ves,
no ves la alegría ni ves la ilusión,
no ves mis mañanas, ni mis nuevos días,
no ves mis lágrimas huyendo, escapando,
buscando en tu silencio tus respuestas vacías.
Mirando mis ojos,
aquellos que ya no ves, los que evitas,
esos que para ti se cerraron,
los que de tus sueños alejas
y de tu vida, reflejo perverso de sayón.
Tu risa, que todos ven, hace de mi callado llanto,
tu himno de muerte y miseria,
tu himno de infinita maldición.
J. Pellicer
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