miércoles, 31 de julio de 2013




Odio los puntos y aparte. Como mucho punto y seguido, y casi siempre punto y coma. Esa pequeña pausa en la lectura para tomar un poco de aire, para un pequeño respiro, pero siguiendo el mismo hilo argumental, con los mismos personajes, con la misma historia. No creo en pasar página, no creo en cambiar de capítulo, mucho menos de libro. No creo en las historias que se acaban, y mucho menos creo en los finales. 





Por tanto esto no es un final, ni un pasar página, ni un punto y aparte, ni siquiera un punto y seguido. Es un punto y coma. Una pequeña pausa en la que voy a fingir que cambio de historia, de lugar, de gente, de todo, pero en realidad no cambio de nada. Porque han sido 9 añazos (uf, ¿tanto he aguantado yo aquí?) en que cada rincón tiene una historia, unas buenas, otras un poco menos buenas, pero gracias a todas ellas hoy soy lo que soy, y cada una forma parte de mi esencia




Así que estas palabras van para cada persona que habéis compartido, por muy pequeño que sea, un instante conmigo en esta (mierda de) ciudad: GRACIAS. Porque todos vosotros siempre vais a formar parte de mi historia, esté donde esté.

Y, como dicen los Celtas Cortos: nos vemos en los bares.







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