lunes, 24 de marzo de 2014




Podría medir Madrid en besos. En decepciones.
Conciertos.
En prisas. Anhelos.
Futuros. Pasados inconclusos.
En risas, pero también en dolor.
Despedidas. Y desconocidos que creyeron conocerse.
Tu cara de enfado aquella mañana en Callao.
El frío en la calle.
El calor dentro del metro.
El calor a tu lado.

Las calles no volverán a formar la misma Madrid sin tus ojos encajando las piezas del puzzle deshecho que soy, mientras en Sol suena, mágicamente, aquella canción que susurrabas en mi oído.


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