sábado, 7 de enero de 2012



Era verano. Hacía tanto calor que se les derretían los besos y temían (o deseaban) que al abrazarse terminasen volviéndose uno. Allí estaban ellos, era el agosto más caluroso que recordaban y, sin embargo, allí estaban ellos, una vez más. Ella y él, tirados en el sofá marrón del garaje, mientras su vinilo favorito daba aún vueltas en el tocadiscos de los padres de la chica. Sonaron las primeras notas de su canción. La voz rota de Johnny Cash les hizo volar sin alas al año 1970... Mohammed Ali, ex campeón del mundo de lucha, anuncia su retirada definitiva del mundo del boxeo. Tropas estadounidenses y survietnamitas invaden Camboya. Muere Jimi Hendrix, la mayor leyenda del rock de la historia. Irlanda consigue vencer en la decimoquinta edición del festival de Eurovisión con la canción "All Kings Of Everything". Se produce el lanzamiento del Apolo 13, con destino a la Luna. El Brasil de Pelé consigue su tercera Copa Mundial de Fútbol al ganar en la final a Italia por 4-1. Los Beatles graban su último album, Let it be. Muere, por sobredosis, la gran Janis Joplin. Nace la moda unisex, la misma ropa para hombres y mujeres. ETA realiza su primer secuestro. John Lennon y Yoko Ono publican el Pastic Ono Band... Silencio. La guitarra de Cash deja de sonar. Los pies de nuevo en la tierra. Siglo XXI. Y, sin embargo, ellos siguen perteneciendo a 1970. Ellos estuvieron allí. Para la niña del vestido de cuadros verdes y rosas, la del pelo color rayos de sol de verano. Susana, sí, como la de Opus, quizá es que en realidad la suya también era ella. Ella, la niña de las mil fotografías, no sabía nada y, sin embargo, ya lo sabía todo. (Susana, Susana, I'm crazy loving you, I put my arm around her shoulder, run my fingers through her hair, it's a dream I can't believe it, it took so long it's only fair).
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