martes, 13 de mayo de 2014




Desde aquí, nuestra vida urbana se ve lejana. Vana. Algo mundana.
No existen los “estoydelunes”, ni los “gracias por ser viernes”, ni siquiera los juernes.
Desde aquí todo se ve distinto. ¿Será por no tener a mano un buen vino? (Repite conmigo: tinto)
Se echan de menos muchas personas, algún animal y pocas cosas.
Recuerdo nuestro sofá, “su” manta y aquella taza.
Desde aquí, pienso en los amigos… en la familia…
En todo el que quiere que estemos allí pero sabe que estamos mejor así.
Gracias, gracias y más gracias.
Desde aquí veo que me fui con rabia… Con “los sueños claros”.
Con ganas de hacer el mundo pequeño. Para el recuerdo. Eterno.

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